Los días serían distintos, las noches serian mas cálidas y las retinas traerían consigo mucho mas de lo que alguna vez imaginara. Su sueño sería real y el tiempo no existiría como tal. Ni el más optimista hubiera pensado que la realidad podia revertirse del modo que se revertiría. La sensación de haber estado adormecido, obnubilado por espejismos y horizontes movedizos y brillosos, los cuales se alejaban a medida que intentara llegar a ellos. El cansancio en los ojos y en las piernas al andar sin rumbo establecido, por un borde, al margen de todo y todos, hasta de él mismo. Y el darse cuenta que la vida propia no correspondía fielmente a lo que pudiera tomarse como propio, como un espía, un infitrado en dias, noches, retinas y sueños. Quien diría que un grupo de bellos dientes tomando coraje, se asomaran aireosos una tarde y le cambiarían la vida para siempre. Que unos ojos refujiados en cristales, por momentos empañados, le hicieran acordar que ese día estaban vivos de verdad. Quien diria que el secreto era creer, levantarse de la butaca y subirse al escenario, pero no para formar parte de un fondo, sino levantando la cabeza en el centro hacia los palcos, los que nunca habia mirado desde ahi, desconociendo sus formas y consecuencias. Quien diría que el secreto para despertar era animarse a soñar.